Cuerpo presente, la más reciente exhibición del Museo de Arte de Ponce, presento cuatro instalaciones y una serie de más de 100 fotografías de artistas contemporáneos puertorriqueños: Adál, Norah Hernández, Elsa María Meléndez y los gemelos Jaime y Javier Suárez. La exhibición comenzo el sábado 22 de octubre, día en el que se celebrará la segunda gala anual en el Museo Una noche de carnaval de Venecia en Ponce. Cuerpo Presente se presentará hasta el lunes 5 de marzo de 2012.
Exhibida en las galerías 20, 21, 22 y en el Jardín Puerto Rico del Museo, Cuerpo presente reúne cuatro artistas de distintas disciplinas que se centran en el cuerpo como inspiración, sujeto y símbolo. Adál nos entrega la secuencia fotográfica Párpados cayendo, un relato surrealista en formato de fotonovela. Los vestidos-coraza de la instalación Cuerpos de luz de Norah Hernández son, metafóricamente, recipientes del alma. La instalación a base de textiles, La maldición de la cotorra: los perros mágicos de Elsa María Meléndez despliega narrativas altamente personales y sociales. En el Jardín Puerto Rico el visitante encontrará la instalación Archipiélago de Jaime y Javier Suárez: pedazos de asfalto reciclado forman un cuerpo humano y un territorio insular al mismo tiempo. Cuerpo presente alienta la reflexión sobre la representación del cuerpo físico, no sólo como sistema vivo, si no como símbolo de la condición del ser humano.
La curadora de Cuerpo Presente, Arlette de la Serna, opinó que: “La exhibición plantea la relación dinámica entre el cuerpo humano y el arte, siempre en evolución. Nos da los resultados de la lectura que los artistas están haciendo del cuerpo en la cultura contemporánea. Con Cuerpo Presente el Museo mantiene un balance dentro de su programación de exhibiciones mostrando la obra de artistas contemporáneos puertorriqueños a la par que organiza exhibiciones como la de Matthias Weischer y la del Museo del Prado, dándole al visitante una extensa visión del arte.”
Para la artista Norah Hernández: “El cuerpo lo trabajo con el vestido y los modelos, como si fueran los patrones que vamos forjando en nuestro camino de vida, relacionados a la tradición, la cultura y las experiencias que adquirimos a través de nuestra existencia.”
Según los artistas Jaime y Javier Suárez Berrocal: “Después de una larga investigación acerca de los posibles recursos para construir la obra, encontramos la materia más coherente para entablar un diálogo relevante en relación a la idiosincrasia misma del emplazamiento escogido y el evento determinado. Decidimos construir la instalación con asfalto reciclado; es decir que fuimos recolectando los escombros que sobraban de las construcciones de carreteras alrededor de toda la isla.”
El 18 de noviembre a las 6:30 se llevará a cabo la actividad Noches al fresco. Habrá una charla con los artistas de Cuerpo Presente frente a las galerías. Más tarde, el público disfrutará de una noche de luna con música en el Jardín Puerto Rico del Museo de Arte de Ponce.
Para más información sobre la exposición favor comunicarse con Arlette de la Serna, Curadora Asistente del Museo de Arte de Ponce y curadora de la muestra al 787-840- 1510 ext. 411 ó al Fax. 787- 841-7309
Las obras que componen “Cuerpo presente” son:
Adál, Párpados cayendo, 1975
Norah Hernández, Cuerpos de luz, 2005-2011
Elsa María Meléndez, La maldición de la cotorra: los perros mágicos, 2010-2011
Jaime y Javier Suárez Berrocal (J²), Archipiélago, 2011
Adál, Párpados cayendo, 1975
Las más de cien fotografías que componen Párpados cayendo representan “una narración sofisticada en la que se conjugan el profundo sentido del diálogo, el interesante desarrollo de los personajes y el impacto visual de la secuencia fotográfica”. Escrita, dirigida y fotografiada por Adál.
Los investigadores del género datan el nacimiento de la fotonovela después de la Segunda Guerra Mundial cuando en Italia aparecieron los primeros folletos con fotografías como un subproducto del cine, resúmenes en imágenes de las películas de Hollywood. Desde principios de los cincuenta hasta la década de los ochenta México, fue el centro de la fotonovela: en 1979 eran publicadas 70 millones de copias de fotonovelas e historietas por mes.
Norah Hernández, Cuerpos de luz, 2008-2011
Desde su juventud, Norah Hernández investiga lo espiritual entre distintas tradiciones y religiones orientales y occidentales. La instalación Cuerpos de luz es una reflexión sobre la naturaleza efímera y transitoria de la vida y de la interconexión de sus múltiples fases: experiencias impresas en la memoria, muerte e idea de trascendencia. Para la artista el alma es una entidad de energía que experimenta constantes transformaciones y en Cuerpos de luz intenta ilustrar de manera material el misterio de la trasmutación del alma después del abandono del cuerpo físico.
Su pieza está compuesta de siete armaduras cubiertas con formas parecidas a túnicas hechas con lienzo los cuales varían en forma y tamaño. Su superficie está formada por capas con múltiples patrones de vestidos en collage y añadidos de hilo los cuales recrean un mapa, escenario reminiscente de las diferentes experiencias que quedan marcadas en el viaje de cualquier cuerpo.
Por muchos años el tema de la dualidad vida/muerte; gozo/dolor; paz/guerra, se ha revelado como la fuente principal de inspiración en la obra de la artista. Hernández elige técnicas y materiales que siente están ligados a civilizaciones antiguas tales como la pintura, la arcilla, la cera, el zurcido y el remiendo. El zurcir y remendar, permiten a Hernández entrar en un estado reflexivo y desarrollar un método de representación con el cual examinar de manera metafórica el proceso de prueba y error en la experiencia humana.

Elsa María Meléndez, La maldición de la cotorra: los perros mágicos, 2010- 2011
La maldición de la cotorra: los perros mágicos pertenece a una serie de instalaciones en sitio específico compuesta por impresiones de serigrafía sobre textiles cosidos, bordados, remendados y rellenos, zapatos y ropa intervenida, pintura y retazos de textiles. La revelación del material es un recurso estético importante, alude a los procesos de vida de cada individuo: construcción descomposición y transformación, como constantes en la cotidianidad de hacer, deshacer y rehacer el carácter humano.
Elsa María Meléndez comenzó haciendo grabado tradicional sobre papel. Usando la gramática de la fantasía de los cuentos infantiles, vio su obra influida por la sátira social de los grabados de Goya. Continuó dando vitalidad al grabado cuando posteriormente cosió y rellenó papel impreso para dotarlo de tridimensionalidad, lo que añadía un elemento lúdico ya que la gente podía tocar la obra. Esta tridimensionalidad además de trasladar sus temas a una realidad tangible, trae otro vocabulario que según la artista agudiza la sátira.
“El uso de alfileres hace referencia al vudú. Los cuerpos han perdido la voluntad. En la parte central de la instalación, yacen los restos y los escombros de la enajenación y la apatía. Cientos de partes seccionadas de brazos se arrastran anteponiendo el pensamiento individual al dejarse llevar por el frenesí, el tejido del absurdo animal. Reflejo de una sociedad que se mueve por pasión, no por reflexiones”.

Jaime y Javier Suárez Berrocal (J²), Archipiélago, 2011
Archipiélago es una instalación hecha con pedazos de asfalto reciclados que tiene una forma de un cuerpo humano acostado. Un año antes ejecutaron un proyecto en la isla de Vieques titulado Sanes. Los artistas trasladaron el contexto de esta obra al jardín del Museo de Arte de Ponce y reestructuraron la propuesta inicial. La ubicación de la obra en el estanque del Jardín Puerto Rico del museo, hace patente la intención de los creadores de “aludir a la realidad insular”: la pequeña isla atrapada en medio de la inmensidad del océano.
Los artistas acuden a recursos naturales biodegradables y reciclados; económicos, “pobres” o gratuitos; propios del emplazamiento, encontrados ahí mismo y tomados prestados. Jaime y Javier Suárez intervienen en la naturaleza con el mínimo impacto posible al medio ambiental durante el proceso de creación. Utilizan materiales propios y oriundos del emplazamiento donde intervienen. Nunca practican una extracción de recursos naturales, sino al contrario, hacen una devolución del territorio al que corresponden.
La fugacidad de su presencia intriga en la concepción personal de lo que representa la durabilidad de la vida. “Debemos disfrutar de las cosas mientras estén y descubrir la belleza que los acontecimientos del despojo manifiestan consigo. Lo efímero siempre será compromiso del cambio, continuamente dinámico en su transición hacia la ausencia, y ocasionalmente, producto de la nostalgia que nos causa concebir lo precario y lo perecedero en los acontecimientos que nos producen placer”.